El
poblado-necrópolis de Sierra Martilla, en la localidad granadina de
Loja, es todo un referente en el patrimonio arqueológico de la
provincia por la extraordinaria importancia del conjunto megalítico
que allí se encuentra: una decena de dólmenes de la Edad del Cobre
con una o varias cámaras funerarias semi excavadas en la roca.
Enterramientos alto medievales y una Torre atalaya musulmana
completan el conjunto.
Se
encuentra asentado en un asentamiento de areniscas calcáreas, a 800
m de altitud, destacando así sobre las demás formaciones rocosas
similares que configuran la topología de la región. El recorrido es
muy sencillo y fácilmente accesible para todos.
Por
la carretera de Priego, que conduce desde los Ventorros de San José
a Las Rozuelas, se encuentra Sierra Martilla (Santa Bárbara en
algunos mapas). También es una ruta cicloturista muy usada por los
vecinos de la zona. Para ir en bicicleta desde Loja se hace hasta el
km 5,7 por la cañada real de Loja a Priego, atravesando Los Arenales
que se extienden en la margen derecha del Arroyo del Grajo. Los
Arenales son una pedanía de Loja constituida por pequeños cortijos
dispersos por una zona bastante árida.
Datos
arqueológicos
La
investigación arqueológica, llevada a cabo desde 1985, ha
consistido en la realización de una primera fase de documentación
del lugar y de su entorno, seguida de posteriores trabajos de
excavación sistemática de la zona superior del yacimiento, donde se
ubicó el poblado prehistórico, y de la necrópolis megalítica
situada en su vertiente SE. El uso más antiguo de la necrópolis
puede relacionarse con el Neolítico final. Con posterioridad a la
Edad del Cobre, la ausencia de restos parece indicar el abandono del
lugar.
Los
dólmenes de sierra martilla:
Cámaras funerarias de la Edad del Cobre.
Los
enterramientos colectivos de época neolítica están acompañados
por un centenar de inhumaciones individuales fechables en la Edad
Media, además de por una torre vigía musulmana muy bien comunicada
visualmente con la población de Iznájar y su pantano. Las tumbas se
agrupan en dos unidades estructurales, una más cercana al poblado,
con mayor número de tumbas, y otra junto al camino de Las Rozuelas.
En
el mismo contexto funerario coexisten sepulturas practicadas en
cuevas artificiales, tumbas megalíticas, cuevas naturales
acondicionadas para el uso fúnebre, sepulturas excavadas
verticalmente en la roca con cubierta megalítica, y una forma mixta
de cueva artificial-megalito.
El
poblado
De
cuatro sondeos estratigráficos practicados en la parte superior de
la meseta y su ladera Norte, se ha podido concluir la existencia de
un poblado, de escasa urbanización y sin planificación estructural.
Los restos hallados revelan una primera ocupación del lugar durante
una fase del Neolítico final, a la que seguiría otra perteneciente
a los inicios de la edad del Cobre.
Las
estructuras excavadas representan fondos de cabaña. Son chozas
construidas a partir de un zócalo de piedras irregulares trabadas
con barro. Sus habitantes, en grupos poco numerosos, debieron
constituir una sociedad basada en fuertes lazos de parentesco,
dedicada a tareas agrícolas y de pastoreo.
Por
María Carmen Ávila
@porruilla
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