lunes, 28 de enero de 2013

CONJUNTO ARQUEOLÓGICO DE SIERRA MARTILLA: Poblado y necrópolis megalítica.

El poblado-necrópolis de Sierra Martilla, en la localidad granadina de Loja, es todo un referente en el patrimonio arqueológico de la provincia por la extraordinaria importancia del conjunto megalítico que allí se encuentra: una decena de dólmenes de la Edad del Cobre con una o varias cámaras funerarias semi excavadas en la roca. Enterramientos alto medievales y una Torre atalaya musulmana completan el conjunto.




Se encuentra asentado en un asentamiento de areniscas calcáreas, a 800 m de altitud, destacando así sobre las demás formaciones rocosas similares que configuran la topología de la región. El recorrido es muy sencillo y fácilmente accesible para todos.


Por la carretera de Priego, que conduce desde los Ventorros de San José a Las Rozuelas, se encuentra Sierra Martilla (Santa Bárbara en algunos mapas). También es una ruta cicloturista muy usada por los vecinos de la zona. Para ir en bicicleta desde Loja se hace hasta el km 5,7 por la cañada real de Loja a Priego, atravesando Los Arenales que se extienden en la margen derecha del Arroyo del Grajo. Los Arenales son una pedanía de Loja constituida por pequeños cortijos dispersos por una zona bastante árida.

Datos arqueológicos

La investigación arqueológica, llevada a cabo desde 1985, ha consistido en la realización de una primera fase de documentación del lugar y de su entorno, seguida de posteriores trabajos de excavación sistemática de la zona superior del yacimiento, donde se ubicó el poblado prehistórico, y de la necrópolis megalítica situada en su vertiente SE. El uso más antiguo de la necrópolis puede relacionarse con el Neolítico final. Con posterioridad a la Edad del Cobre, la ausencia de restos parece indicar el abandono del lugar.

Los dólmenes de sierra martilla: Cámaras funerarias de la Edad del Cobre.

Los enterramientos colectivos de época neolítica están acompañados por un centenar de inhumaciones individuales fechables en la Edad Media, además de por una torre vigía musulmana muy bien comunicada visualmente con la población de Iznájar y su pantano. Las tumbas se agrupan en dos unidades estructurales, una más cercana al poblado, con mayor número de tumbas, y otra junto al camino de Las Rozuelas.

En el mismo contexto funerario coexisten sepulturas practicadas en cuevas artificiales, tumbas megalíticas, cuevas naturales acondicionadas para el uso fúnebre, sepulturas excavadas verticalmente en la roca con cubierta megalítica, y una forma mixta de cueva artificial-megalito.

El poblado

De cuatro sondeos estratigráficos practicados en la parte superior de la meseta y su ladera Norte, se ha podido concluir la existencia de un poblado, de escasa urbanización y sin planificación estructural. Los restos hallados revelan una primera ocupación del lugar durante una fase del Neolítico final, a la que seguiría otra perteneciente a los inicios de la edad del Cobre.

Las estructuras excavadas representan fondos de cabaña. Son chozas construidas a partir de un zócalo de piedras irregulares trabadas con barro. Sus habitantes, en grupos poco numerosos, debieron constituir una sociedad basada en fuertes lazos de parentesco, dedicada a tareas agrícolas y de pastoreo.

Por María Carmen Ávila
@porruilla


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