A mi
viejo y distinguido señor.
Te
he visto por el parque
que los poetas aman
para llorar,
como
una noble sombra vagar, envuelta en tu levita larga.
El
talante cortés, a tantos años
compuesto
de una fiesta en la antesala,
¿que
bien tus pobres huesos
ceremoniosos
guardan?
Yo
te he visto aspirando distraído,
con
el aliento que la tierra exhala
¿hoy
tibia tarde en que las
mustias
hojas
húmedo
viento arranca?
De
eucaliptos verdes.
El
frescor de las hojas perfumadas.
Y
te he visto llevar la seca mano
a
la perla que brilla en tu corbata.
Antonio
Machado.
Aportado
por Paqui Espínola.
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