Duerme.
No
temas la mirada
errante.
Duerme
Ni
la mariposa,
ni
la palabra,
ni
el rayo furtivo
de
la cerradura
te
herirán.
Duerme.
Como
mi corazón,
así
tú,
espejo
mío.
Jardín
donde el amor
me
espera.
Duérmete
sin cuidado,
pero
despierta,
cuando
se muera el último
beso
de mis labios.
Federico
García Lorca.
Aportada
por Francisco Moreno.
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