jueves, 11 de octubre de 2012

REFLEXIONES: LOS NIÑOS DE CÓRDOBA

Este verano he estado reflexionando sobre este caso que, según creo, no ha dejado a nadie indiferente. Durante mas de un mes, desde que se tuvo la terrible certeza de su asesinato, no se ha hablado de otra cosa. Como se suele decir se han derramado ríos de tinta, y no solo en periódicos y revistas sino en televisión, internet, etc.. 

De este suceso se pueden sacar muchas conclusiones y da mucho que pensar: primero que la policía científica y los forenses no se parecen en nada a los que nos pintan en las películas, aquí han dado un patinazo monumental, dejando que esa madre tuviera falsas esperanzas durante casi un año, luego que las apariencias engañan, que un monstruo puede parecer a los ojos de los demás una persona normal, incluso agradable e inofensiva, y por último que hasta las personas creyentes, como yo misma, nos tenemos que cuestionar porqué Dios permite que pasen estas cosas. Ya sé que los caminos del Señor son inescrutables, pero me pregunto a dónde conduce éste, sino a un sufrimiento inimaginable. Por supuesto no conocemos el daño que pueda haber hecho esa madre al asesino, si es que le ha hecho alguno, pero ni la peor ofensa merece semejante castigo. 

Mi único consuelo es pensar que esos niños están ahora en un lugar mejor y mas justo, o en el peor de los casos descansando en un plácido sueño, pero lo que pido desde aquí, como miles de personas, es que caiga todo el peso de la ley sobre el culpable, y que pase entre rejas lo que le quede de vida, puesto que de no ser así podría crear un precedente, y los violentos (que son mas de los que imaginamos), utilizasen a los hijos como arma arrojadiza para hacer daño a la madre, puesto que saben que nos duelen mas que nuestra propia vida. 

Descansen en paz los pequeños y todo el cariño y apoyo de la gente de bien a la madre para poder seguir adelante.

Por Rosa Carmen Sánchez.
aquellosmarav80.blogspot.com
@rosacsp

1 comentario:

  1. Precioso articulo Rosa sobre esas pequeñas criaturas asesinadas tan vilmente

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