martes, 24 de julio de 2012

MI RINCÓN: INICIACIÓN AL REIKI POR Mª CARMEN ÁVILA


He realizado este año el primer nivel de Reiki y me gustaría compartir esta experiencia con vosotros. Lo primero decir que Reiki es amor, dar y recibir amor, y que cuando empecé estaba tan equivocada en tantas cosas que me ha cambiado la vida, las cosas que nos pasan nos pasan por algo.



He aprendido que tenemos que aprender a aceptar como son las personas que nos rodea, el marido, los hijos, la familia, los amigos, conocidos y vecinos siempre deseándoles lo mejor, aunque ellos hayan sido malos o se hayan portado mal, siempre pedir a nuestro yo superior lo mejor para la persona que sea y llega un momento que te sientes tan bien que sabes que tu alma está limpia.

También la ley de la atracción … a no pensar que le habrá pasado a mi hijo que no llega habrá tenido un golpe, le habrá pasado algo, al final uno le acarrea el mal.

También el Reiki, me ha servido para dormir como un tronco que estaba con tilas y valerianas para dormir y ahora me hago el auto tratamiento yo misma y vivo feliz relajada y tranquila.

He aprendido también que no hay que trabajar tanto ni pensar tanto, con la mente se trabaja mucho lo cual crea cansancio y agotamiento inútil -y estando tranquilo y relajado no piensas, duermes, meditas y no trabajas tanto con la cabeza. Me ha ayudado a esta estabilidad mental y emocional.

Por la mañana cuando empiezas el día dando gracias a Dios por tantas cosas que no valorabas como, que veo, que siento, que huelo, que hablo, que río, que corro, que estoy alegre, que estoy triste...y que me cargo con una enorme energía con los abrazos y los besos de los míos.

Salgo a andar y veo cosas tan maravillosas como pájaros volando en el parque Almunia -por ejemplo y hay árboles grandes como olivos y los abrazo y me descalzo y deslizo mis pies descalzos por su tronco y su raíz, que hacen que me cargue de energía positiva por los pies que conectan con la tierra.


Cuando me duele algo me pongo la mano y con ese calor que me regala la presencia divina me alivia tanto o me quita ese dolor o esa molestia y, cuando estoy con alguien que veo que necesita Reiki le ofrezco si quiere que le ponga las manos, siempre hay que preguntar si quiere pues veo como he preguntado y han querido y se han relajado tanto que he hecho dormirse a gente que toma medicamentos para dormir.

Os invito a que en octubre cuando vuelvan a empezar los talleres, hagáis un hueco y podáis ver lo interesante que es.

Por Mª Carmen Ávila.

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