viernes, 10 de febrero de 2012

HISTORIAS DE GRANADA: EL TRANVÍA DE GRANADA A GÜEJAR-SIERRA



El tranvía de Granada a Güéjar-Sierra, fue un proyecto avanzado para la época. El impulsor de este gran proyecto fue Julio Quesada Cañaveral y Piédrola, Duque de San Pedro de Galatino, un hombre que siempre estaba inmerso en proyectos empresariales que buscaron el despliegue económico de la Provincia de Granada. Constituida la Sociedad y
obtenida la autorización gubernamental, los técnicos, bajo la dirección del ingeniero Gómez López inician la inspección de los lugares por donde ira el trazado y la elaboración del proyecto y comienza el proceso de expropiación de los terrenos llegando a acuerdos con los propietarios de dichos terrenos. El 1 de diciembre de 1920, se sacaron a concurso las obras de Construcción, comenzando las mismas en los primeros meses del año 1921. Después de cuatro años de trabajo, el 6 de septiembre de 1924, se presenta en el Gobierno Civil de Granada, la solicitud para su apertura; había ya en Granada cuatro coches con motores de 1200 voltios de corriente con una fuerza de treinta caballos cada uno y seis remolques. A principios de febrero se firmo la Real Orden autorizando su funcionamiento hasta el kilometro 12,20 y a las diez y media de la mañana del 21 de febrero de 1925, se inauguro finalmente el primer tramo del tranvía, desde Granada hasta Canales. Después de que se reformaron puentes y vías, en junio de 1925, se autorizo la circulación provisional en todo el trayecto ejecutado, de Granada a la estación de Güejar-Sierra, donde recorría 17,55 kilómetros, 8,30 kilómetros junto a la carretera de la Sierra y el resto desde el cruce de río Genil en Pinos, adentrándose por una de las zonas más difíciles y hermosas de Sierra Nevada. Desde la estación de Güejar-Sierra, las obras continuaron algo más de un kilometro y en el año 1928, el tranvía llegó a la estación de Maitena, en donde se unían los ríos Maitena y Genil, y de allí se subía al hotel del Duque en coches de caballos.

En el año 1942, el ingeniero José Pérez Pozuelo proyecta la prolongación de la línea hasta las Minas de la Estrella, con una primera fase de 3,5 kilómetros hasta el Barranco de San Juan, pasando por el Charcón. Desde este punto se proyecta igualmente la construcción de un teleférico  que permitiera enlazar con la zona de los Albergues, a 2.500 metros de altitud. El teleférico se componía de dos tramos. El primero desde el Barranco de San Juan hasta los Campos de Otero, donde se hallaba lo que quedaba del albergue de la sociedad de Sierra Nevada; el segundo, hasta el collado de los Peñones de San Francisco. El recorrido total seria de 3.500 metros, con un desnivel de 1.336 metros. En las tres estaciones se construirían albergues para turistas y deportistas. Los coches serian  de 35 plazas con un total de 210 pasajeros por hora en cada dirección, cifra que podría duplicarse en caso de necesidad o de grandes concentraciones deportivas. La construcción de la línea de Maitena a hasta el Barranco de San Juan con estación intermedia en el Charcón, se inicio en 1944 y se inauguro en 1947, pero ni la prolongación hasta le Estrella, ni el teleférico, pese a que fue pomposamente aprobado por el Pleno de Las Cortes el 11 de diciembre de 1951, pasaron a ser una bello sueño montañero. En 1973 la compañía explotadora llevo al Gobierno la propuesta de cierre; como era inminente la construcción del embalse de Canales, que inundaría más de cinco kilómetros de trazado, el Consejo de Ministros del 7 de diciembre de 1983 acordó el cierre de la línea. El último viaje se realizo el 19 de enero de 1974.

En aquellos tiempos la mayoría de los granadinos no podía ir de vacaciones, posiblemente una buena parte ni había visto el mar, pero todos tenían a su alcance el Tranvía de la Sierra con el que por un precio asequible podrían huir del calor cualquier día. Eran muchos los que se acercaban a la ribera del Genil, el tranvía iba a tope los días de fiesta. Sin embargo el entorno estaba limpio solo bastaba con algunos carteles en la Bomba y en algún que otro vagón y la educación  y respeto de la gente, para mantener aquel entorno limpio.

Me siento orgullosa de haber sido alguno de los privilegiados que han viajado en dicho tranvía.
Por María José Fernández.
lassierras-lanaturaleza.blogspot.com

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