Ayer
volví a La Alhambra……
Cada
vez que la visito, la veo de forma diferente. Cada vez que pongo mis
ojos en ella, mis pupilas me devuelven impresiones tan distintas……
Llovía
fuertemente sobre la ciudad de Granada, en los palacios árabes
apenas entraba la luz y el agua de las albercas no podía reflejar la
belleza de sus muros, aunque el sonido del agua, lo inundaba todo
llenando de sensualidad el momento.
Cada
una de esas gotas que caían sobre las piedras centenarias, era un
regalo para los sentidos y bajo ese manto de penumbra, pude disfrutar
como nunca de los colores ya perdidos de sus paredes. Pude disfrutar
de los dorados, de los rojos y azules. En mi imaginación visualicé
sus tapices, escuché la música de largas veladas y me envolví de
sus mágicos aromas.
Ayer,
vi La Alhambra de una forma diferente a como lo cuentan en los libros
de historia, porque en todas mis miradas, percibía en propia piel,
el corazón de las personas anónimas que crearon tanta belleza.
Cada
rincón estaba lleno de ellos, cada respiro estaba impregnado de su
olor, olor a esfuerzo, a sangre, a lágrimas…… a vidas
escondidas, mutiladas en esos muros.......
Que
poco somos, pero cuanto creamos, uno a uno, todos nosotros de forma
anónima siempre haciendo historia. Que pena que los libros no
recuerden cada una de las manos que han creado tan bellos tesoros.
Todos
morimos y en la mayoría de los casos también muere nuestro
recuerdo, dejando el privilegio de la historia solo para los que nos
gobiernan.
Ayer
pude ver lo que habita La Alhambra y no son solo historias de reyes
árabes o cristianos. Sino historias de gente de a pie, que con mucho
esfuerzo construyeron lo que hoy somos.
Ahora
por desgracia solo nos podemos conformar con los cuentos inventados
de algún escritor que quiera recrear bajo su mirada lo que percibe,
al igual que yo percibí ayer, pero las historias verdaderas, esas,
han desaparecido para siempre y nadie podrá hablar jamás de ellas.
Cuando
visito cualquier monumento me gusta mirar más allá de lo que ven
mis ojos y recrearme con lo que se esconde, con lo que se olvida pero
que está allí latente junto a nuestra presencia. Ayer lo tuve tan
cerca, que….. casi pude tocarlo con las manos.
Por
Marilé Cerván.
elcolordeunavida.blogspot.com
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