lunes, 28 de enero de 2013

AYER VOLVÍ A LA ALHAMBRA


Ayer volví a La Alhambra……

Cada vez que la visito, la veo de forma diferente. Cada vez que pongo mis ojos en ella, mis pupilas me devuelven impresiones tan distintas……

Llovía fuertemente sobre la ciudad de Granada, en los palacios árabes apenas entraba la luz y el agua de las albercas no podía reflejar la belleza de sus muros, aunque el sonido del agua, lo inundaba todo llenando de sensualidad el momento.
 
Cada una de esas gotas que caían sobre las piedras centenarias, era un regalo para los sentidos y bajo ese manto de penumbra, pude disfrutar como nunca de los colores ya perdidos de sus paredes. Pude disfrutar de los dorados, de los rojos y azules. En mi imaginación visualicé sus tapices, escuché la música de largas veladas y me envolví de sus mágicos aromas.

Ayer, vi La Alhambra de una forma diferente a como lo cuentan en los libros de historia, porque en todas mis miradas, percibía en propia piel, el corazón de las personas anónimas que crearon tanta belleza.

Cada rincón estaba lleno de ellos, cada respiro estaba impregnado de su olor, olor a esfuerzo, a sangre, a lágrimas…… a vidas escondidas, mutiladas en esos muros.......

Que poco somos, pero cuanto creamos, uno a uno, todos nosotros de forma anónima siempre haciendo historia. Que pena que los libros no recuerden cada una de las manos que han creado tan bellos tesoros.

Todos morimos y en la mayoría de los casos también muere nuestro recuerdo, dejando el privilegio de la historia solo para los que nos gobiernan.

Ayer pude ver lo que habita La Alhambra y no son solo historias de reyes árabes o cristianos. Sino historias de gente de a pie, que con mucho esfuerzo construyeron lo que hoy somos.

Ahora por desgracia solo nos podemos conformar con los cuentos inventados de algún escritor que quiera recrear bajo su mirada lo que percibe, al igual que yo percibí ayer, pero las historias verdaderas, esas, han desaparecido para siempre y nadie podrá hablar jamás de ellas.

Cuando visito cualquier monumento me gusta mirar más allá de lo que ven mis ojos y recrearme con lo que se esconde, con lo que se olvida pero que está allí latente junto a nuestra presencia. Ayer lo tuve tan cerca, que….. casi pude tocarlo con las manos.


Por Marilé Cerván.
elcolordeunavida.blogspot.com






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