martes, 11 de diciembre de 2012

PORQUÉ SERÁ

Por qué son las cosas como son. Sin ir más lejos, en nuestra ciudad de Granada, tenemos una calle que se llama Elvira, sencillamente Elvira. Por otro lado, si damos un paseo por la gran ciudad de Sevilla, nos encontraremos en la Plaza de España, donde jóvenes pasean y se enamoran con el olor del azahar de los naranjos en primavera, hermoso; si seguimos caminando toparemos con una calle llamada Doña Elvira, qué sorpresa, Doña.

Enseguida se nos viene al pensamiento  qué es esto de Elvira en Granada y Doña Elvira en Sevilla, lo primero que uno hace es buscarle  las tres patas al gato, y como esto, este trato desigual, en la vida muchos ejemplos de hechos incomprensibles, entonces se retuerce la búsqueda y muy probablemente la explicación quede en lugar desconocido.

Preguntas y nadie da repuesta, un día te dice un lugareño de Granada:

“hombre de Dios si esta calle la llaman Elvira porque hace muchos años, precisamente aquí, vivían tres chicas que le llamaban las Manolas y que se iban a la Alhambra  ellas solas, que eran de alto pelo y larga cola”;

se queda uno un poco sorprendido, no sabe  si es que eran mujeres de gran nivel de vida o por lo contrario, carecían de eso que todos los españoles según la Constitución,  tenemos, derechos, pero no es verdad, si no ya veremos.

A una persona de la calle sencilla y trabajadora, esforzada toda su vida en adquirir una digna vivienda, eso sí, con el sudor de todo su cuerpo, un día las cosas cambian por eso de que nada es siempre igual, “¡Ay!, que pena más grande, que este mes no puedo hacer frente a los pagos de mi casa.
 - Hombre no pasa nada, ya veras, como esto cambia, no te preocupes”. En ese momento es cuando la herida se hace tan grande que no sabe como solucionar lo que tanto le atormenta en estos últimos años  la cabeza.

Un día una llamada, otro una carta, y la vivienda que era un derecho, cada día se va quedando más mermado.

 “Que será de mi, algún día de estos, todo  me lo quitan y me dejan en la calle, como nací, con decir que desnudo nací desnudo me hallo, ni pierdo ni gano, no soluciono nada, qué noches más oscuras, qué días más tristes, qué pasos más cortitos me quedan, porque la debilidad  se esta apoderando de  mi cuerpo y mis pensamientos, y esa bola de desesperanza no se para con nadie, sigue y sigue todos los minutos y horas del día, esperando perder lo que tanto le ha costado y tiene en el aire hoy.

Un día muy lluvioso, y tan oscuro como los demás,  hace el  mismo camino que las Manolas y a la Alhambra se va, se encuentra con una sombra negra que le acompaña por donde camina, se encuentra una cabra muy adornada en una fuente, y para remate del colmo la llaman fuente del Tomate, que hecha agua por todas parte y dice si fuera pan otro gallo cantaría.

Este hombre sumido en la más grande y tormentosa oscuridad, se le presenta un gallo que lo deja fuera de lugar, sin saber qué hacer, qué camino tomar: un gallo flamenco se le pone delante y le cuenta que en aquel lugar hay una piedra que  esta bajo los arrayanes  que solo el verá, que se siente en ella, que mire al oriente, que comenzara a clarear un poquito cada día. El hombre se sienta en el lugar indicado por el gallo, alimentándose de la esperanza, y estos días de lluvia este hombre nos dice que cada vez que mira va viendo un poquito de claridad, su presencia nos da a entender que un día tras otro, resplandecerá la oscuridad y el sol brillará, para mucha gente que como él están.

No debemos dejar a este hombre solo, seamos flamencos como el gallo, hagamos todo el ruido posible para que devuelva la claridad a tantas y tantas personas que hoy por desgracia se encuentra sentadas en la húmeda y oscura noche, esperando a que escampe y el claro día llegue.

Ojos de lágrimas pongo como punto FINAL.

Por Francisco Moreno.
@FMR18

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