lunes, 10 de diciembre de 2012

¡DEJADME!


Me han puesto cadena

que cierra salidas,

me siento amarrado

privado de vida.

Me tienen atado

los putos problemas

que con impotencia

no puedo arreglar.

Me quitan la gana

de cualquier tarea,

no siento ilusión

ni felicidad.

Estoy tan cerrado

que a veces me creo

que tengo demonios

poniéndole pegas

a lo que deseo.

Aunque ya cansado

de esta prisión

sin poder hallar

una solución

que me haga salir.

Empiezo a sentir

alguna verdad

de mi gran error.

Y es que si vivimos

en clave egoísta,

odiando problemas

que nos quitan paz,

nunca encontraremos

la felicidad.

La que solo existe

unida por Dios

a su inseparable

pareja de  hecho,

el que acepta y lucha;

“El alegre amor”



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El tiempo nos cura de todo,

hasta de vida.



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Por estar cada día menos libre

en creciente prisión, yo me he dicho;

Esta vida que me anda encerrando

¿Estará acostumbrándome al nicho?



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Si mi mujer es un colchoncito, cálido y tiernito.

Yo soy una manta, bueno un manta, y no paduana,

al que siempre hay que estar sacudiéndole el polvo

de su desgana.



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Con todo lo que temo, me quemo,

en cambio lo que deseo, que lejos lo veo.



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El tiempo es, espera, y a veces desespera.

Del tiempo todo depende.

A su paso la vida pasa por alegrías y dolores,

más cuando en un silencio lo hacemos desaparecer,

la gloria es.



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Yo aquí, en mi encerrado gris,

y allí a lo lejos, el verde campo tan abierto.

Por Manuel Sampedro
http://sampedro-elquebusca.blogspot.com.es/
 

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